Como se sabe, existen muchos programas de
prevención en VIH y se han hecho muchas campañas de información para prevenir
el contagio de las ITS. Nuestra
propuesta tiene una particularidad: proponemos una campaña autogestionada, no impuesta por
un tercero, dándole un carácter automotivado. Cuando el interés por el
autocuidado proviene desde el mismo individuo en cuestión, éste posee mayor
valor, poder y estabilidad a que si
fuese gestionado desde el exterior y, como ocurre muchas veces, operando desde
el miedo.
Estamos hablando de un mayor poder del sí
mismo, un hacerse cargo, de un sentirse dueños de la facultad decidir libre y conscientemente, lo que es muy superior a actuar evitando lo
negativo (el contagio, en este caso). Es aquí donde brota la importancia del
autoconocimiento, conocer quién es ese “sí mismo” al que quiero darle poder.
Para ello debemos usar el método de la auto-observación y estudiar qué es lo
que ocurre dentro de cada uno: ¿Qué es lo que pienso?, ¿Qué es lo que quiero?,
¿Qué estoy haciendo?, ¿Por qué lo estoy haciendo?. ¿Cuántas veces nos detenemos
a hacernos estas preguntas? y cuando lo hacemos ¿Sacamos real provecho de ello?
Desde el pensamiento metafísico en la Grecia
antigua, hasta nuestros días, se le ha dado un poder sobredimensionado a la
razón, otorgándole el valor de ser el único camino válido para hallar la
respuesta a cualquier interrogante, por ende, habitamos la mayor parte del
tiempo dentro del mar ondulante de nuestros pensamientos, quedándonos muchas
veces con más preguntas que respuestas. Sin embargo, hoy sabemos que la razón
más bien corresponde a uno de otros tantos caminos. Frente a esto, proponemos
una invitación a introducirnos en el camino del autoconocimiento por medio del
estudio de nuestro cuerpo. Nuestro cuerpo es fuente fundamental de
conocimiento: él nunca nos miente. Durante este sábado, trataremos algunas
claves para estudiarlo y descifrar su lenguaje.
Por otra parte, la primacía del pensamiento
cristiano en la cultura occidental nos ha conducido a olvidar que el cuerpo
forma parte de nuestro ser, concibiéndolo más bien como “casa” del alma, o incluso
– con una connotación negativa- como fuente de tentación (!). Queremos ir más
allá de este postulado, buscamos una reconciliación con nuestro Ser en
completitud, es decir, incluir al cuerpo cuando decimos “yo soy”,
reconciliarnos con nosotros mismos, al fin y al cabo. ¿Cómo podemos hacer esto?
Primero debemos observarlo, sentirlo, escucharlo.
En nuestro segundo encuentro activamos el
sentir físico del cuerpo mediante el movimiento, luego dedicamos un tiempo a
sentirlo, a sentirnos. Se hizo después un ejercicio de imaginería, en donde
nuestro cuerpo expulsaba a dos animales (nuestros dos aspectos primarios del
Ser, en esos momentos). Con este ejercicio, pudimos acercarnos a las fuerzas
internas que habitan nuestro Ser, dándonos la posibilidad de reconocer
conflictos internos, potencialidades, herramientas, temores, etc.
En la tercera sesión trabajamos con el cuerpo
“en relación con un otro”. Abrimos un espacio donde no mediaban palabras,
miradas ni gestos, simplemente el sentir por medio del cuerpo en contacto con
otro, una nueva forma de comunicación, más directa, más íntima, más verdadera,
más sentida…hasta con intercambio y equilibrio de energías!! Qué bien que hayan
sido conscientes de ese fenómeno! J
Estamos abriendo un espacio de
autoconocimiento, de contacto con esa parte de nuestro Ser que se suele dejar
olvidada: la experiencia de la corporalidad. Dentro de este espacio aprenderemos
a conocernos a través de él; para ello lo pondremos a prueba en distintos
escenarios, lo someteremos a ejercicios de distintos tipos (algunos
tradicionales, otros no), dentro de un contexto de confianza y acompañamiento.
Esa es la invitación. Sentir. Sentir lo olvidado, recordar quiénes somos,
tomar consciencia de los motivos de nuestro funcionamiento, tomarnos,
aceptarnos y empoderarnos. Respetarnos y hacernos respetar, querernos,
recordarnos, valorarnos, cuidarnos, prevenir. Pero por sobretodo: AMARNOS CON
REAL CONOCIMIENTO DE LO QUE ESTAMOS AMANDO.
Un abrazo lleno de fuerza y cariño. Hasta el
mañana.
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